Como mencioné en mi publicación
anterior, estoy aquí con un texto, redactado en base a, tanto
experiencias como observaciones mías, y reacciones de otras gentes:
De forma definitiva, las personitas
están mal: admito que ESTAMOS mal, pues yo hago lo mismo: no me venderé al
mejor postor, ni me propondré como ejemplo a imitar, en cuanto hago
exactamente-lo-mismo; sin embargo, cuando se lo vé de afuera, es una cosa TAN estúpida,
que carece hasta del más mínimo soporte y posibilidad de aceptación; reitero
que yo lo hago en primer lugar, ¿eh? Mas no: es un desastre.
Me refiero a enojarse y cerrarse y
no querer escuchar a nadie ni NADA; al menos yo, a las horas/días/semanas/meses(según) me desenojo y vuelvo a atender, y
acabo admitiendo que actué estúpidamente(o defendiendo mis argumentos de una
forma más pensada y civilizada, según), y me quiero matar por haber puesto en
práctica esa conducta risible, y me burlo de mí mismo, etc.; el resto no, sino
se empacó, y al cuerno: deja de hablar, se borra, prescinde hasta de la
concesión de las buenas tardes, etc.; en el caso de los contactos, optan por no
chatear y ni siquiera saludar más, y desaparecer y desadmitir y borrar, e impedir
todo tipo de conexión e intercambio, cuando te limitaste a manifestar tu
opinión, LUEGO DE QUE SE TE CONSULTARA AL RESPECTO; no importa: se enojan, y
mandan todo al traste Y CHAU: no hay manera de hacerlos(hacernos) entrar en
razón. Me pasó con gente conocida; con mi socio; le sucedió al propio apóstol
Pablo(Hechos de los apóstoles 15:36-40); me ocurrió aunque no directamente a
mí, con Fabio Fusaro, que se supone que representa para muchos un ejemplo a
imitar; y con otras varias personas; y claro: me aconteció conmigo mismo, pues
yo también lo hago, con esa única diferencia que establecí al principio: luego
se me pasa, y termino pudiendo volver a hablar.
Además, otra cosa(y acá, otro palo
para mí mismo): cuando anda todo bien, es facilísimo sentarse a departir: un
boleto; la cosa está cuando hay un problema, una dificultad, cuando al menos
una de las partes, está con un encono que le impide toda visión y análisis: ahí
es embromado pararse a charlar, dejarse a uno mismo de lado, e intercambiar sin
limitarse a criticar negativamente; pero… ¿qué nos diferencia de los animales y
de los niños chicos si no somos capaces de dejar nuestro enojo de lado, y
conversar y ponernos de acuerdo como adultos que en teoría somos?
Lo dejo, como invitador a la reflexión: a lo mejor alguien puede analizarse, y hacerse un poquito mejor, o rever alguna actitud.
Por lo pronto yo, me propuse dejar de fastidiarme; o al menos, aún haciéndolo, no permitirme dejarme ganar por el enojo, no salirme de mis cabales, por llamar de algún modo, sino continuar pudiendo charlar, exponer, debatir e intercambiar. Y en consideración a mí y a la otra persona, porque es lamentable cuando alguien se cierra sin más, y no quiere escuchar sólo porque no quiere escuchar.
Junio de 2012.
Lo dejo, como invitador a la reflexión: a lo mejor alguien puede analizarse, y hacerse un poquito mejor, o rever alguna actitud.
Por lo pronto yo, me propuse dejar de fastidiarme; o al menos, aún haciéndolo, no permitirme dejarme ganar por el enojo, no salirme de mis cabales, por llamar de algún modo, sino continuar pudiendo charlar, exponer, debatir e intercambiar. Y en consideración a mí y a la otra persona, porque es lamentable cuando alguien se cierra sin más, y no quiere escuchar sólo porque no quiere escuchar.
Junio de 2012.
Equis.